El Parque Regional del Sureste es una zona protegida por la Comunidad de Madrid. Entre los valores que inspiraron su protección allá por el año 1994 (Ley 6/1994, de 28 de junio, sobre el Parque Regional en torno a los ejes de los cursos bajos de los Ríos Manzanares y Jarama), están la preservación de aquellos valores históricos y arqueológicos que se encuentran en el Parque.
Durante la Guerra Civil lo que hoy constituye el Parque Regional se convierte en escenario de una de las principales batallas, la del Jarama. Durante el mes de febrero de 1937 se libran duros combates que cruzan el valle del Jarama de oeste a este, estabilizándose la línea del frente a principios de marzo en el límite este del Parque.
En la actualidad aún quedan numerosos vestigios de la contienda: búnkeres, fortificaciones, puestos y líneas de trincheras. Por este motivo, para todos los senderistas que paseen por zonas de nuestro Parque, además de observar el paisaje, la flora, fauna etc, recomendamos que pongan atención a los restos de la historia.
Cuando hacemos sendas por zonas muy cercanas a nuestro Centro El Campillo, como el Soto de las Juntas, podemos observar los búnkeres hundidos en el curso del río Jarama.
La guerra civil marcó esta comarca. El frente del Jarama es lugar de mucha historia y de mucha muerte.
Este valioso patrimonio arqueológico permanece abandonado, poco a poco desapareciendo, olvidándose.
En nuestra senda por los alrededores de la laguna de El Campillo es parada obligatoria desviarnos a ver el Puente de Arganda, del que ya hablamos en esta pasada entrada del blog.
Del igual manera que los búnkeres y trincheras, el puente también debe su fama a su protagonismo en la ya nombrada la Batalla del Jarama. Por este puente transcurría la carretera de Valencia que era la principal vía de abastecimiento de la República, tanto de suministro de armas por lo puertos del Levante como de alimentos. A comienzos de febrero las tropas nacionales intentaron cortar las comunicaciones hacía Levante llegando a estar a 3 km de la carretera y a disparar sobre el puente pero no consiguieron cortar las comunicaciones. El Puente de Arganda sobrevivió a la guerra, aunque tuvo que ser parcialmente reconstruido y conserva cicatrices en forma de impactos de bala.




Pingback: Aves de récord en el Parque Regional del Sureste | Centro El Campillo