En el Parque Regional del Sureste podemos encontrar 4 ríos: el Jarama, el Manzanares, el Henares y el Tajuña, siendo el río Jarama el eje principal de todo el Parque Regional por el que discurre de norte a sur. A lo largo de ambos lados de los ríos se desarrolla el ecosistema que conocemos con el nombre de soto o bosque de ribera, a parte de este ecosistema podemos encontrar 4 ecosistemas más en el Parque: el bosque mediterráneo, los cortados yesíferos, las estepas cerealistas y los humedales.
Este ecosistema está formado principalmente por arbustos y árboles de hoja caduca que se disponen en bandas paralelas al cauce en función de sus necesidades hídricas y la capacidad que tienen de soportar avenidas o crecidas del río. En la banda más cercana al cauce podemos encontrar al sauce (Salix alba), seguido de los chopos o álamos (Populus alba y P. nigra), fresnos (Fraxinus angustifolia) y en la zona más alejada con menos humedad en el suelo encontramos a los olmos (Ulmus minor). En cuanto a los arbustos abundan los tarays (Tamarix gllica), los majuelos (Crataegus monogyna), escaramujos (Rosa sp.), zarzamoras (Rubus sp.), etc.
Con respecto a la fauna en el ecosistema del bosque de ribera podemos encontrar como mamíferos más representativos el jabalí (Sus scrofa), la nutria (Lutra lutra), o el zorro (Vulpes vulpes); dentro de las aves podemos ver petirrojos, carboneros herrerillos, pájaro moscón, martín pescador, garzas, o diferentes pájaros carpinteros, entre otros. También podemos encontrar algunas especies de peces, anfibios y reptiles así como multitud de insectos esenciales para el funcionamiento básico de toda la cadena trófica.
Los bosques de ribera han sufrido multitud de impactos y cambios a lo largo del tiempo por la presencia humana. El terreno donde se asienta el bosque de ribera es muy fértil por lo que el ser humano ha ocupado desde hace siglos esos espacios para la agricultura. Esto provoca que se de una alta probabilidad de contaminación por vertidos, plaguicidas y fertilizantes. Además de sufrir canalizaciones y encajonamientos de los ríos.
En los bosques de ribera se desarrolla un microclima particular, con un ambiente fresco y umbrío en su interior que atenúa y suaviza el clima de sus alrededores. Estos ecosistemas tienen una gran relevancia ecológica, puesto que nos aportan una serie de servicios ecosistémicos, funciones de gran importancia, estabilizando márgenes y orillas, mitigando los efectos de las crecidas y actuando a la vez como refugio y corredor natural para la fauna. Si a todo lo anterior sumamos su alto valor paisajístico, comprenderemos la necesidad de conservar y cuidar estos ecosistemas en el Parque Regional del Sureste.



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