¿Quién no ha venido al Campillo y durante su paseo ha escuchado un cuac cuac característico? Se trata del sonido de la que seguramente sea la especie de pato más extendida y común, no solo en el Parque Regional del Sureste, sino de la Península Ibérica: el ánade real.

Habitante de todo el hemisferio norte y algunas zonas del norte de África, es un ave extraordinariamente generalista en lo que a sus necesidades ambientales se refiere. En la actualidad es, junto a la focha o la gallineta, una de las aves más fáciles de ver e identificar en nuestra laguna ya que, al igual que estas, es un ave residente que puede verse durante todo el año tanto en ríos como en arroyos y todo tipo de lagunas nadando casi siempre en pareja. Además, su número puede verse incrementado en invierno gracias a los individuos migrantes del norte de Europa. Las principales amenazas que se ciernen sobre la especie son: la intensa presión cinegética a la que se ve sometida la especie y la progresiva alteración de los humedales donde habita.
Como la mayoría de las anátidas (patos), presenta un dimorfismo sexual bastante acusado permitiendo diferenciar rápidamente un sexo del otro. El macho presenta pico amarillo, cabeza y cuello verde brillante con iridiscencias (más oscuro y apagado en época no reproductora), collar blanco, pecho castaño, cuerpo grisáceo y «culete» negro con dos plumas rizadas. Además, presenta un espejuelo azul que le diferencia de otros machos que pudieran ser similares y le otorga el nombre de «azulón». Por su parte, la hembra, algo mas pequeña que el macho, es más difícil de identificar si se encuentra junto a hembras de otras especies debido a su color parduzco moteado. Para su identificación hay que fijarse en el espejuelo de color azul antes citado que comparte con el macho y es típico de la especie.
De hábitos alimenticios principalmente herbívoros (algas, brotes, hierba, frutos), puede comer también insectos, gusanos, moluscos o pequeños peces. Para ello, no solo se alimenta en el agua, sino que no duda en salir de ella frecuentando praderas, campos de cereal y bosque abiertos.
Es en el mes de febrero cuando comienza la época reproductora de la especie con un complejo cortejo compuesto por una mezcla de posturas, batido de alas, movimientos acuáticos y despliegue de cola, acompasados por graznidos y silbidos. La hembra es la encargada de amontonar ramitas, hierbas, hojas y plumón entre la vegetación palustre o en zonas de matorral que harán las funciones de nido y en donde pondrá los huevos de color verdoso, beis y/o azulados (hasta 13 y a razón de uno por día). Tras casi un mes de incubación se produce la eclosión de unos pollos que, totalmente recubiertos de plumón oscuro con manchas amarillas, son capaces de nadar y bucear casi nada mas nacer, aunque no es hasta los dos meses de vida cuando podrán volar.
Si aún no has visto a este especie de pato por la laguna, te invitamos a venir a visitarnos para que la observes. Si lo haces en primavera igual hasta tienes suerte y podrás ver a una hembra con sus pollitos. ¡Te esperamos!
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