PRISMÁTICOS (IV). ¿Cómo se utilizan los prismáticos?

Si eres aficionado a la naturaleza, seguramente tengas unos prismáticos en casa. Y, si no los tienes, casi con total seguridad en alguna actividad o evento de observación de fauna al que has acudido has tenido la oportunidad de utilizar alguno. De una manera u otra, a todos nos ha pasado que las primeras veces que los hemos utilizado no les hemos sacado el provecho deseado o la experiencia no ha sido tan satisfactoria como esperábamos porque, aunque no son difíciles de utilizar, siempre cuesta las primeras veces.

Participantes en una actividad de avistamiento realizado en nuestro centro.

Para sacarle el máximo provecho lo primero que has de hacer es colgarte los prismáticos en el cuello. Aunque los tengas bien sujeto con las manos, nunca sabes lo que puede pasar por lo que lo mejor es colgártelo en el cuello para evitar accidentes. Y ya que los tienes colgados, aprovecha para ajustar la correa de manera que queden a la altura del pecho y a limpiarlos si tienen alguna mancha en las lentes para que no interfiera en el avistamiento. A continuación, y sin el uso de los prismáticos (es decir, a simple vista), hay que localizar el animal en cuestión que queremos observar con los prismáticos. Una vez localizado, tenemos que buscar puntos de referencia que nos sitúen al animal en el espacio: encima la copa de un árbol, tras una rama sin hojas, debajo de una roca de cierto color, delante de una zona con arbustos… Ten en cuenta que cuando mires por los prismáticos tu campo visual disminuye drásticamente y no tendrás al animal en cuestión directamente en tu campo visual por lo que tendrás que localizarlo y lo harás a través de estos puntos de referencia.

Somormujo en su nido observado a través de unos prismáticos. Aunque tienen pares de lentes, la imagen creada será en un único círculo.

Una vez que sabes dónde está el “bicho”, coge los prismáticos lateralmente con tus dos manos en su parte media de manera que el dedo índice de la mano derecha se sitúe encima de la rueda de enfoque. Fíjate que en el ocular derecho (según coges los prismáticos) hay un +, un – y un 0. Es el ajuste de las dioptrías y debería estar en el 0. Ahora acércate los prismáticos a los ojos por la zona de las pupilas oculares (las lentes pequeñas). ¡No hay que pegárselos del todo! Normalmente las lentes quedarán como a 1 cm de nuestros ojos. Intenta que los codos queden cerca de tu cuerpo, y no abiertos, así evitarás cansancio en tus brazos. Ahora, lo que tendrás que hacer es ajustar los oculares para que cada ojo coincida con cada uno de ellos. Cierra o ábrelos por su eje longitudinal hasta que, mirando por ellos, solo tengas un círculo visual. ¿Lo tienes? Es el momento de enfocar para ver con nitidez el objetivo. Tan solo hay que mover la rueda de enfoque hasta que deje de verse borroso el objeto a enfocar. En caso de que tengas miopía deberías ajustar las dioptrías. Para ello, mira por los prismáticos; cierra el ojo derecho y enfoca con el izquierdo con la rueda de enfoque. Luego cierra el izquierdo y ajusta las dioptrías para el ojo derecho hasta que veas perfectamente. A partir de ahora solo hace falta que muevas la rueda de enfoque. Si tienes astigmatismo (o una miopía importante), déjate las gafas puestas para mirar por los prismáticos, saca los anillos de goma de los oculares y pon las dioptrías a 0.

Si ya ves nítido, es el momento de localizar al animal gracias a las referencias observadas antes de “ponernos” los prismáticos. ¿Aun así no lo localizas? No te preocupes. Quítate los prismáticos, vuelve a localizarlo (igual se ha movido y/o cambiado de sitio) y vuelve a tomar referencias. Repite el proceso y seguro que lo localizas. ¿Localizado? Enfoca hasta que lo veas perfecto. En el caso de que no veas nada a simple vista, siempre puedes ponerte los prismáticos y hacer un barrido para localizar a los animales mirando a través de los prismáticos directamente. ¿Cuántas especies serás capaz de avistar? ¡Suerte!

PRISMÁTICOS (III). ¿Qué prismáticos comprar para observar fauna?

Puede que alguna de las veces que has salido al campo hayas mirado con envidia sana a las personas que disfrutan del avistamiento de aves con sus prismáticos y has pensado: ¡tengo que comprarme unos prismáticos! La pregunta difícil e importante viene justo después: ¿Cuáles me compro? En el mercado hay cientos de modelos con una diferencia de tamaños, formas, características y precios que nos hacen dudar cuáles son los mejores para comprarnos.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que no todos los prismáticos son los mejores para todo el mundo. Por eso, es importante preguntarse: ¿Qué uso le voy a dar? ¿Cuántas veces voy a utilizarlos? ¿Con quién los voy a utilizar? No es lo mismo ser un ornitólogo profesional que está desarrollando un estudio de campo, que un aficionado a la naturaleza que sale a “bichear” dos veces al mes con amigos; como tampoco es lo mismo saber que solo los vas a usar tú o que los vayas a compartir en familia. En cualquier caso, si los quieres para observar fauna deberán ser prismáticos terrestres y no otro tipo de prismáticos.

En nuestro centro contamos con prismáticos de tamaños y características muy diferentes.

Lo segundo, estrechamente relacionado con lo primero, es el presupuesto que tenemos para invertir en unos prismáticos. De manera general cuanto más caro es un prismático, mejor será, pero seguramente que ni tenemos un gran presupuesto ni todo lo que conseguimos con un gran presupuesto lo vamos a amortizar. En base a las primeras preguntas, piensa cuánto dinero puedes/quieres invertir y busca unos prismáticos que se ajusten a ese precio. Lo más importante al principio es cogerle el gusanillo, familiarizarnos con su uso y ver si realmente los utilizamos y nos hacen falta o no. Si los primeros que te compras los desgastas del uso, invertirás más en el segundo; sino, con los primeros te valdrá. Normalmente los prismáticos tipo porro son la primera opción por su precio (suelen ser más baratos que los de tipo techo).

Garza real observada con prismáticos en nuestra laguna.

En tercer lugar tienes que fijarte en el tamaño y los aumentos. Si son los primeros que te compras lo ideal serían unos de 10×50. Aunque son algo grandes y más pesados, te darán un buen aumento y una luminosidad decente en tus primeras salidas “bicheras”. Si quieres que pesen y abulten un poco menos, puedes elegir unos de 8×42: aunque pierdas un poco de aumento ganarás espacio en tu mochila. Existe la opción de comprar unos compactos de 10×25 o similar, salvo que sean para un niño (tienen el tamaño perfecto para ellos), no lo consideramos buena opción para ver fauna ya que tienen poca luminosidad, son poco manejables para el tamaño de un adulto y no motivan ni a seguir usándolos ni a salir al campo con ellos a “bichear”.

Comparación de tamaño de dos prismáticos: 10×50 tipo porro (izquierda) y 8×42 tipo techo (derecha).

Estos son algunos datos que podemos tener de referencia para la compra de nuestros primeros (o segundos) prismáticos:

  • PRECIO. 50-80 euros de presupuesto (aunque el mercado cada vez es más grande y seguramente que por 30-40 euros encuentres unos que te puedan servir como primer acercamiento).
  • TIPO. Prismáticos de tipo techo. Aunque son un poco más caros que los de tipo porro, también son mas ligeros y ergonómicos. Por su parte, los de tipo porro, a pesar de ser un poco más pesados y robustos que los de tipo techo, suelen tener mejores calidades en su óptica en presupuestos más ajustados y más profundidad de campo.
  • AUMENTOS. Los más recomendables para el avistamiento de fauna son 8×42 o 10×50. Los primeros serán un poco menos pesados y más pequeños (más fáciles de llevar en la mochila) pero los segundos te darán más aumento (permitirán ver a los animales más cerca y ayudarán a diferenciar mejor los colores y comportamientos de los animales cuando no tengamos mucha práctica).
  • TRATAMIENTO LENTES. Preferiblemente como mínimo fully coated (todas las ópticas están tratadas con una capa de fluoruro de magnesio anti reflejante).
  • PRISMAS. A poder ser de tipo BAK-4.
  • OTRAS CARACTERÍSTICAS. Resistentes al agua. Esto no es necesario si nunca sales al campo los días de lluvia, pero si existe la posibilidad, es una característica a tener en cuenta para que no entre agua en la óptica y te duren más.

Como siempre, según a quién preguntes, te dará unos consejos u otros. Estos son los nuestros en base a nuestra experiencia personal pero sobre todo en base a la experiencia compartida con los usuarios de nuestras actividades. Antes de decidirte por unos: pregunta a tus amigos, busca información en la red y ve a las tiendas especializadas a probar diferentes modelos. Encuentra el que más cubra tu necesidades… ¡y a disfrutar de la naturaleza!

PRISMÁTICOS (I): Partes y características

De todos es bien sabido que los prismáticos (también llamados binoculares) son un objeto que nos permite ver más cerca los elementos que se encuentran lejos. Hay de muchas formas, modelos y marcas, y aunque cada uno de ellos tiene un tamaño y características específicas, todos tienen una estructura común que los identifica. Para empezar, todos tienen un equipo óptico formado por:

  • pares de lentes, tanto internas como externas (solamente vemos estas últimas: las lentes oculares, la que acercamos a los ojos; y las lentes objetivos, la que está en el lado opuesto a los ojos);
  • y prismas, que no vemos porque están en su interior.

Estos elementos ópticos están integrados en la montura del prismático en la cual también encontramos:

  • Oculares: parte que integra las lentes oculares.
  • Objetivos: parte que integra las lentes objetivos.
  • Rueda de enfoque: situado en el medio del cuerpo, sirve para enfocar el elemento observado.
  • Rueda de dioptrías: normalmente presente en el ocular derecho, ayuda a ajustar nuestra visión a las dioptrías de cada uno para unificar el enfoque.
  • Goma protectora: protege a la lentes oculares y ayudan a mantener una distancia de 1,5 cm respecto al ocular a los usuarios que utilicen gafas.

Esquema de las partes de unos prismáticos.

Según la forma y distribución de los prismas existen dos tipos de prismáticos fácilmente identificables a simple vista por la forma tan característica de cada uno de ellos: los de tipo techo y los de porro.

De manera muy resumida, los de tipo techo tienen un sistema óptico lineal (la lente objetivo y la lente ocular están en la misma línea) mientras que los del tipo porro tienen un sistema óptico no lineal (la lente objetivo está desplazada respecto a la lente ocular). Además, los de tipo techo tienen la ventaja de ser más pequeños y menos voluminosos pero su desventaja es que, debido a la compleja distribución del sistema óptico, para obtener buenos resultados las lentes han de estar muy tratadas, por lo que son más caros. Por contra, los de tipo porro suelen ser mas grandes y voluminosos pero más fáciles de fabricar (por lo que son más baratos), tienen una mayor profundidad de campo y generalmente ofrecen un campo de visión más amplio.

Diferencias en las estructuras ópticas de unos prismáticos de porro y unos de techo. Fuente: prismaticosybinoculares.com

Además, los prismas pueden estar fabricados por distintos materiales. Por un lado, tenemos los BK-7, que están hechos de vidrio de boro-silicato, y por el otro, los BAK-4, fabricados con vidrio de bario. Los primeros son más económicos (pero con menos calidad) mientras que los segundos tienen mayor calidad (en cuanto a luminosidad, nitidez y contraste) pero son más caros. Además, las BK-7 producen un sombreado en el haz de luz que sale por las lentes, reduciendo la luminosidad.

Respecto a las lentes, pueden tener diferentes tratamientos. Así, encontraremos lentes uncoated (que no tiene ninguna óptica tratada), coated (solo alguna óptica está tratada, generalmente las externas), fully coated (todas las ópticas están tratadas con una capa de fluoruro de magnesio anti reflejante), multi coated (una o más superficies de las ópticas están tratadas con varias capas de revestimiento y el resto con fluoruro de magnesio anti reflejante) y fully multi coated (todas las superficies están tratadas con varias capas de revestimiento). Cuanto mayor tratamiento, mayor transmisión de la luz y, por tanto, mejor calidad de imagen (más luminosidad y mayor contraste).

Diferencia entre los prismas BAK-4 y BK-7. Los primeros producen un haz de luz circular perfecto, mientras que en los segundos se observan unas esquinas sombreadas formando como un cuadrado dentro del círculo.

Pero sobre todas las cosas, en lo que más nos fijamos siempre en los prismáticos es en los aumentos. Para saber cuántos aumentos tienen unos prismáticos hemos de fijarnos en unos números que siempre suelen aparecer como si de una multiplicación se tratara. Por ejemplo: 10×50. El primero de los números indica el aumento que tiene. Un valor de 10 nos estará indicando que veremos el elemento en cuestión 10 veces más cerca de lo que lo veríamos sin usar prismáticos. Si el objeto está a 100 metros, con un aumento de 10 se vería como si estuviera a 10 metros. Si fuera con unos prismáticos con un aumento de 8 se vería como si estuviera a 12,5 metros. El segundo, nos indica la apertura, es decir, la cantidad de luz que entra en las lentes. El valor lo marca el diámetro de las lentes objetivo (en milímetros). A mayor diámetro, más luz entra en los prismáticos. Ambos valores han de tener una proporción equilibrada.

Otras características presentes a tener en cuenta:

  • Pupila de salida: es el cono de luz que sale por el ocular. Para calcular su valor debemos dividir la luminosidad entre los aumentos. Podemos observar ese cono mirando por los prismáticos con los ojos alejados de ellos. Cuanto mayor sea, más luz llega a nuestros ojos. Es el circulo de luz que vemos. El tamaño máximo de nuestra pupila es de 7mm.
  • Luminosidad relativa o de salida. Es una medida que nos indica lo luminoso que son nuestros prismáticos. Se calcula elevando al cuadrado la pupila de salida. Cuanto más bajo sea este valor, menos vamos a poder usarlos en condiciones de poca luz (amaneceres, atardeceres, días nublados, etc).
  • Distancia mínima de enfoque: distancia mínima a la que tenemos que situarnos para enfocar el elemento observado.
  • Campo de visión: anchura, medida en metros, del área visible a través de los prismáticos a una distancia de 1.000 metros. Cuanto más aumentos tenga, menos campo de visión.
  • Rango de ajuste de dioptrías: puede variar entre +/-2 y +/-4.
  • Estanqueidad/protección humedad, polvo y/o humedad del cuerpo. Interesantes cualidades para que los prismáticos estén más protegidos en nuestras salidas de campo.

Tamaño de la pupila de salida y luminosidad relativa en diferentes prismáticos con diferentes aumentos y aperturas. La distancia en mm es la luz que entra en nuestras pupilas a través de los prismáticos.

Con toda esta información esperamos que, la próxima vez que veas una ficha técnica de unos prismáticos, entiendas todos los valores y parámetros indicados en ella. De los tipos de prismáticos, qué tipo comprar y cómo usarlos hablaremos en el futuro en nuestro blog.

Bibliografía:

https://www.opakua.com/es/blog/guia-para-elegir-unos-prismaticos-aspectos-tecnicos-usos-y-consejos

https://www.vivelanaturaleza.com/ecologia/prismaticos/

https://www.bionaturex.es/index.php/articulos/como-elegir-unos-prismaticos

https://www.prismaticosybinoculares.es/