Una de las especies ornitológicas más fáciles de ver durante el invierno en el camino de nuestra laguna es el petirrojo (Erithacus rubecula). Este pájaro, del tamaño de un gorrión, es una especie residente del Parque Regional del Sureste pero su población aumenta durante el invierno con individuos procedentes del norte de Europa. Este incremento poblacional, sumado a la desnudez de los árboles y a su comportamiento de búsqueda de alimento en el suelo junto al camino, hacen del petirrojo una de las especies observadas más comunes durante el invierno.

Dibujo de un petirrojo donde se puede apreciar muy bien su patrón de coloración. Fuente: http://www.seo.org
Con tan solo 20 gramos de peso, cuerpo rechoncho (sobre todo en invierno), pico fino y ojos grandes y oscuros, el petirrojo es fácilmente identificable. Su dorso de color gris oliváceo, vientre claro y su inconfundible mancha roja anaranjada que cubre su cara, su garganta y su pecho, le convierten en un ave de fácil identificación. Aunque no se le vea, también puede notarse su presencia a través de su reclamo característico que suena como un tac repetido con frecuencia y de manera irregular (tac-tac o tac-tac-tac).
Al petirrojo le gusta habitar todo tipo de ambientes aunque prefiere el bosque de ribera, el encinar y los jardines. Ocupa la parte baja de estos ecosistemas y suele verse posado en alguna rama o en el suelo dando pequeños saltos buscando insectos de los que alimentarse. En invierno, ante la escasez de estos, se alimenta también de pequeños frutos. Al ser una especie territorial también pueden observarse persecuciones y disputas por los posaderos. El tamaño medio de su puesta es de entre 4 a 6 huevos, de color blanco.
Bibliografía
- «Guía de la naturaleza en el Parque Regional del Sureste». Grupo Naumanni
- «Aves de España» Eduardo de Juana, Juan M. Varela. Editorial Lynx.
- www.seo.org


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