Durante el recorrido la exposición presenta la historia de la investigación sobre los dinosaurios: desde las primeras interpretaciones de los huesos de dinosaurios encontrados, pasando por los primeros estudios científicos, hasta llegar a las grandes excavaciones en remotos lugares del siglo XX y las nuevas tecnologías del siglo XXI. Acompañados de los científicos más importantes en este campo viajaremos de la Inglaterra victoriana al oeste americano, o de la Patagonia al desierto del Gobi.
A través de las diferentes reconstrucciones de fósiles e individuos a tamaño real, aprenderemos la terminología utilizada en la paleontología y conoceremos uno de los dinosaurios más impresionantes descubierto en España: el Concavenator corcovatus, conocido como «el cazador jorobado de Cuenca». Un espécimen encontrado casi completo y el terópodo de tamaño medio-grande encontrado en Europa mejor preservado.
Qué mejor plan para estas Navidades que ir a ver esta exposición gratuita, visitar el resto del museo y darse un paseo por Alcalá de Henares. ¡No te la pierdas!
IMPORTANTE: TANTO EL CENTRO COMO EL RECINTO PERMANECEN CERRADOS AL PÚBLICO POR LO QUE ESTE AUTOGUIADO NO SE PUEDE REALIZAR
Te damos la bienvenida al itinerario autoguiado del recinto del Centro de Educación Ambiental El Campillo. Aquí encontrarás elementos interpretativos que te ayudarán a descubrir los valores ambientales, históricos, y culturales de esta región. Nos encontramos en un entorno privilegiado donde la naturaleza se mezcla con la arqueología y con las tradiciones de otras épocas que todavía perduran ¿Te apetece conocerlo? ¡Empezamos!
Continuando el camino encontrarás en primer lugar el Bosque-cole. Se trata de un bosque de repoblación que nace de la idea de incluir a los más pequeños en el proceso de cuidado y restauración del Parque Regional del Sureste. Todos los árboles y arbustos que podéis observar en la plantación han sido repoblados en colaboración con los centros educativos que nos visitan a diario. Tras realizar una senda interpretativa con actividades integradas que muestran la importancia de los bosques, las especies presentes en El Campillo y el respeto por los mismos, así como la necesidad de preservarlos, se procede a su plantación. El bosque resultante nos ofrece un mosaico de especies arbóreas y arbustivas autóctonas representativas de los diferentes ecosistemas del sureste madrileño. En el mismo podemos encontrar: encina, coscoja, pino carrasco, taray, cornicabra, regaliz, majuelo, escaramujo, jara, lúpulo y madreselva.
Vuelve al camino principal y a continuación dirígete hacia el observatorio de fauna. Entra en silencio y sin hacer ruido… ¡así tendrás más opciones de observar algún animal! Siéntate, disfruta y mira a través de sus ventanas. Puede que al llegar no veas nada pero, se paciente, espera y seguramente en pocos segundos, si eres observador, verás algunas de las especies más comunes. Para ayudarte a identificarlas, tienes encima de la ventana un pequeño panel con dibujos identificativos. ¿Adivinas qué especies has visto?
Al salir gira a tu izquierda y te encontrarás ante una representación de un poblado de los primeros asentamientos humanos de la zona. Estas cabañas muestran cómo vivían las personas hace 4.000 años y pertenecen al Calcolítico (que proviene del griego y significa “chalko” = cobre y “lithos” = piedra) o Edad del Cobre. Este período de la prehistoria se caracteriza por sus grandes avances porque es cuando surge la metalurgia (hay fundición) y las piedras dejan de ser utilizadas al descubrir que el cobre era un material mucho más resistente y funcional. Estas cabañas se construían, generando la estructura de paredes y tejado encajando troncos en forma de vigas, trenzando seguidamente ramas más flexibles y acabando las paredes con adobe (una mezcla de barro y paja con los materiales que encontraban en la zona). En último lugar, se cubría el techo con ramas de taray, escoba u otro tipo de vegetación que estuviera al alcance.
Dejando las cabañas a tu espalda, baja por el camino siguiendo las indicaciones y llegarás a la Huerta Calamón, un lugar multifuncional donde dedicamos espacio tanto a la agricultura como al disfrute estético, pero sobre todo al aprendizaje. En nuestra huerta encontrarás espacios variados donde plantamos hortalizas, frutales, plantas culinarias, especies beneficiosas para la salud, plantas que atraen insectos polinizadores, y también elementos decorativos y graciosos adornos diseñados en nuestros talleres por el público que nos visita. En nuestra huerta didáctica se siguen los principios de la agricultura ecológica; cultivamos fomentando el uso de variedades tradicionales, haciendo asociaciones beneficiosas entre las plantas y rotaciones de cultivo, realizamos nuestro propio compost y fomentamos la fauna auxiliar con flores, plantas melíferas, y hoteles de insectos. Los fines de semana se realizan actividades familiares a las que puedes apuntarte y los grupos escolares lo visitan entre semana, pero si vienes por libre podrás disfrutarlo cualquier día. Y recuerda: la huerta está trabajada con mucho esfuerzo y cariño, por favor, no te lleves sus frutos, y así podremos llevar a cabo más proyectos educativos.
Si sales de la huerta y subes hacia la izquierda te encontrarás la recreación a tamaño real de una hembra y su cría de la especie Elephas antiquus(o Palaealoxodon antiquus). Este elefante, antepasado directo de los elefantes actuales, vivió en la Comunidad de Madrid desde el Pleistoceno medio hasta el Pleistoceno superior, es decir, desde hace unos 775.000 años hasta hace 126.000 años aproximadamente, durante un periodo interglaciar en el que el clima era templado y predominaba un ecosistema boscoso.
Estos elefantes llegaron a medir 4,5 metros de altura y a pesar más de 5 toneladas. Las defensas en los elefantes, conocidos generalmente como “colmillos”, podrían llegar a medir 3,5 metros en los machos. Estas defensas no son los colmillos, sino incisivos muy desarrollados que cumplen una función defensiva y alimenticia.
Los restos de esta especie fueron encontrados en 1971 en el yacimiento de Áridos, en las terrazas del Jarama, muy cerca de la Laguna de El Campillo. El yacimiento data de hace 400.000 años y se dividió en dos zonas en las que se encontraron los restos de una hembra de unos 35 años de edad (Áridos I) y a 150 metros de este, los restos de un macho de unos 45 – 50 años (Áridos II), cuyos huesos fosilizados se pueden visitar en el Museo Arqueológico Regional en Alcalá de Henares. Además, en el municipio de Ciempozuelos se encontró la mandíbula de un juvenil de esta especie de elefante de entre 6 y 10 años.
Si vuelves al camino encontrarás la entrada del edificio del Centro El Campillo sutilmente camuflado en el entorno. Se construyó en el año 2.000 teniendo en cuenta las condiciones climáticas, aprovechando los recursos disponibles (sol, vegetación, viento, precipitaciones…) y buscando la adecuada orientación, la disminución del impacto ambiental y paisajístico y el menor consumo energético. Una vez dentro, podrás visitar los diferentes espacios que esconde:
Zona de información general
Exposición permanente “Con el Parque: Los valores del Parque Regional del Sureste”
Exposiciones temporales
Sala de proyecciones
Salón de actos
Biblioteca de consulta
Exposición “Renueva tu energía”
Al abandonar el edificio y continuar por el camino que indica la salida del recinto verás unas vías de tren a la izquierda pertenecientes al Tren de Arganda. El trazado de este histórico ferrocarril fue inaugurado en el siglo XIX debido a la importante producción vinícola de Arganda, la explotación de canteras y sus relaciones comerciales con Madrid.
El primer tramo de sus estrechas vías recorría Madrid, desde el hospital Niño Jesús, hasta Arganda.
A lo largo de los años se van ampliando tramos llegando a alcanzar, en su máximo recorrido, Alocén (provincia de Guadalajara). El itinerario proyectaba llegar hasta Caminreal (Teruel), pero debido a la construcción del pantano de Entrepeñas, se procedió al desmantelamiento de las vías, quedando únicamente un tramo entre Vicálvaro y Morata de Tajuña (al sureste de Madrid).
Este tren ha pasado por múltiples cometidos como traslado de viajeros, transporte de delicias del sureste hacia la capital o acarreo de materiales de construcción de las graveras del Valle del Jarama a la fábrica de Cementos Portland. Durante su época de porte de pasajeros, se acuñó la popular frase: “El tren de Arganda, que pita más que anda”, ya que, debido a sus características técnicas, este tren alcanzaba alrededor de los 60 km/h únicamente.
En 1997 se acuerda suspender el tráfico de mercancías y se planea construir un medio de transporte público que conecte Rivas y Arganda con Madrid, a la vista de la ausencia de transportes ferroviarios, de la saturación de la carretera de Valencia y la perspectiva del fuerte incremento de demanda. De esta manera, en abril de 1999 se inaugura la ampliación de la línea 9 de Metro hasta la estación de Arganda del Rey, siguiendo buena parte del trazado del antiguo Tren de Arganda.
Desde ese momento, la Asociación Vapor Madrid solicitó que se conservara un pequeño tramo del trazado original, desde La Poveda (donde hay un museo ferroviario) hasta la Laguna del Campillo, para así poder realizar exhibiciones con material original restaurado, durante todos los domingos de otoño y primavera.
La última parada del recorrido corresponde a la “Charca de anfibios”. Aunque puede albergar más fauna, está creada y diseñada para fomentar la presencia de estos animales, uno de los grupos de vertebrados más antiguos de la Tierra (apareciendo durante el Carbonífero, hace 350 millones de años aproximadamente) y cuyo ciclo vital depende completamente del agua.
Es en el medio acuático donde realizan sus puestas debido a que sus huevos, al contrario que pasa en reptiles y aves, no poseen una capa calcárea que les proteja de la desecación por efecto del sol. Además, de esos huevos salen los renacuajos que vivirán en el agua hasta que se produzca su metamorfosis total para transformarse en adultos.
Esta dependencia hace necesaria la presencia de láminas de agua para poder promover la presencia de estos animales. (A continuación el siguiente párrafo).
Desde El Campillo, se ha apostado por la creación de este tipo de charcas para promover la biodiversidad de anfibios, en consonancia con los objetivos del proyecto de Arco Verde de la Comunidad de Madrid, siendo El Campillo parte integrante de este proyecto.
Uno de los beneficios que nos aportan los anfibios es su gran consumo de insectos, y su consecuente regulación de plagas. Los anfibios también son uno de los mejores indicadores de calidad ambiental de un ecosistema.
Con esto damos por finalizada la visita autoguiada por el C.E.A. El Campillo.
¡¡¡Esperamos que hayas disfrutado del recorrido!!!
En el municipio de Alcalá de Henares se encuentra el Museo Arqueológico Regional, situado en la Plaza de las Bernardas en un edificio histórico monumental. Su visita es muy recomendable para conocer nuestro pasado más remoto y más reciente, es de acceso gratuito.
Entrada el museo. Fuente: wikipedia.
El museo, de dos plantas, está organizado en salas situadas cronológicamente. En la primera sala, a la derecha, encontramos las evidencias de cómo era Madrid antes de que los humanos o sus ancestros merodeasen por aquí. Podemos ver fósiles del Mioceno (23-5 millones de años), periodo durante el cual había un paisaje sabanoide, con grandes mastodontes y rinocerontes sin cuerno, entre muchos otros.
Cráneo de Uro y colmillo de Palaeloxodon antiquus
Cráneo de rinoceronte sin cuerno del Mioceno
Maxilares superior e inferior de mastodonte (Mioceno medio)
Huesos en conexión anatómica de Elefante (Palaeloxodon antiquus) de 4.60m de altura (400.000 años) del yacimiento Áridos 2 (Arganda del Rey).
En esta misma sala podemos ver enormes fósiles de animales, alguno de los cuales presentan marcas realizadas con las herramientas rudimentarias usadas por los primeros homínidos hace 500.000-400.000 años. Estos homínidos eran los Homo heidelbergensis antecesores de los neandertales, y se puede apreciar una muestra de bifaces, que incluso se pueden tocar, y descubrir cómo evolucionaron los sistemasAchelensesa sistemas más sofisticados y eficaces de los posteriores colonizadores Homo sapiens.
Restos de puntas de flecha
Reconstrucción de Homo heildelbergensis a tamaño real
Bifaces
Prosiguiendo en el museo, avanzamos en el tiempo hasta el calcolítico y edad de bronce. Se pueden admirar preciosas vasijas, curiosas queseras y multitud de abalorios y broches de los Carpetanos. Y unos interesantes vídeos nos muestran cómo fundían el metal para realizar todos estos objetos.
Ajuar funerario, vasos campaniformes, hojas de cobre 2500-1800 a.C
Quesera
Fíbulas, esquelas y anillo 450-50 a.C.
Después encontramos los espectaculares restos de Complutum y otras villas y domus de la época romana. Los ejemplos más impresionantes son los mosaicos representando mitología y arte de este periodo. Y para finalizar, múltiples vitrinas con curiosos restos de la época visigoda, andalusí y feudal.
Mosaico de Aquiles (s.IV d.C.)
Al finalizar no os podéis perder la tienda del Museo, donde venden puntas de flecha talladas por ellos mismos y organizan interesantes talleres de arqueología desde Arqueo didat. Por supuesto es muy recomendable pasear por Alcalá, y también os recomendamos el paraje natural de Los Cerros, con bandadas de jilgueros y espectaculares paisajes dejados por la incesante energía fluvial del Henares y sus afluentes Sorbe, Bornova, Badiel, Cañamares, Salado y Dulce.
Foto desde Ecco Homo (punto más alto de la localidad) en el paraje natural de Los Cerros.
Inaugurado en 2009, fue descubierto en 1996 mientras se desarrollaban obras para la urbanización del municipio. Los trabajos arqueológicos desarrollados en el yacimiento permitieron descubrir dos asentamientos diferentes. Uno de ellos, el más antiguo y de menor importancia, de la Edad de Bronce (en torno a 1.500-1.000 años a.C.), corresponde a tres fosas excavadas que serían usadas para almacenar alimentos.
Interior del yacimiento en donde se aprecian los restos de la vivienda.
La parte más importante del yacimiento corresponde a una vivienda carpetana datada con una antigüedad de entre 2.500 y 2.200 años (siglos IV y II a.C.). Los trabajos arqueológicos pertenecen a un poblado de la Segunda Edad de Hierro y es uno de los pocos vestigios del pueblo carpetano en la Comunidad de Madrid. El resto que ha quedado de aquella edificación es el zócalo de piedras sobre el que se levantaban los muros de adobe sobre los que se construía un techo de vegetación con arcilla y tierra.
Uno de los paneles informativos instalados en el yacimiento.
El recinto cuenta también con una reconstrucción de la casa la cual contaba con dos zonas bien diferenciadas: una destinada a vivienda y otra a almacenaje. Durante la visita a esta instalación pueden verse las dos estancias de la casa, las fosas empleadas como almacenes y las herramientas relacionadas con las labores (molienda, cestería, textil) además de un vídeo que se proyecta sobre el pueblo carpetano.
Reconstrucción del interior de la vivienda carpetana.
¿Por qué decidió instalarse este grupo carpetano en esta zona? Pues debido a su situación estratégica ya que, al igual que en la actualidad, se encontraba próximo a los valles de los ríos Manzanares y Jarama lo que permitía un acceso fácil a los recursos que estos les brindaban y la posibilidad del desarrollo de la ganadería y la agricultura. Además, al estar ubicado a cierta altura, les permitía controlar visualmente gran parte de la superficie de alrededor.