Debido a su diversidad de ecosistemas (por su orografía) y su posición geográfica estratégica entre el Atlántico y el Mediterráneo y entre África y Europa, la Península Ibérica alberga una gran biodiversidad que incluye subespecies e incluso especies que sólo existen en ella. Este es el caso del Meloncillo ibérico o Herpestes ichneumon ssp. widdringtoni, la única especie de mangosta presente en el territorio español, siendo este territorio el único sitio en el que se encuentra este peculiar animal de forma natural en todo el continente europeo.
Dada su excepcionalidad en Europa existen diferentes teorías acerca de su origen en territorio español. Una teoría correspondía a la creencia de que fue introducida por fenicios, romanos o árabes (existiendo únicamente archivo del esqueleto de este animal en una tumba romana). Sin embargo, en la actualidad, debido a recientes estudios que demarcan una elevada diferenciación genética con sus congéneres africanos, se cree que su separación de la subespecie africana debía ser anterior, y por tanto se atribuye su llegada a la península por vía terrestre aprovechando alguna bajada del mar del estrecho de Gibraltar debida a las fluctuaciones de clima del final del Pleistoceno.
Además de genéticamente, también se diferencia de sus antecesores africanos fenotípicamente. La subespecie ibérica tiene la dentición y el cuerpo en general, de mayor tamaño y un color ligeramente más oscuro. Como se aprecia en las imágenes, el meloncillo es un animal alargado, con patas cortas y larga cola acabada con un característico penacho de pelo. Su pelaje tiene coloración agutí (a menos que sea un individuo albino), es decir, una mezcla de crema claro y pardo y castaño muy oscuro. Es un carnívoro diurno, y posee una característica pupila horizontal. Además, en época de crianza, las crías caminan en fila debajo de la cola del anterior (lo que les otorga una apariencia de serpiente gigante peluda).

Algunas de estas características han mantenido tradicionalmente a este animal ligado a innumerables supersticiones, lo que, junto con sus grandes dotes de rastreador (como la etimología de su nombre en griego –Ichneumon– indica), se le ha creído enemigo de la ganadería y le ha llevado a ser objetivo de caza.
Otra característica de este animal, al que hace referencia su nombre científico Herpestes (que proviene del vocablo griego {herpo}, que significa que se arrastra) es que desliza la cola por el suelo mientras camina. Además, su nombre común de meloncillo proviene del latín meles, haciendo referencia a su aspecto de tejón (meles en latín) pequeño.
Esperamos haberos acercado un poco más a la fauna del sureste madrileño para que podáis disfrutarla mejor en vuestras incursiones campestres por la zona y deleitaros avistándola.
Fuentes:
https://spain.inaturalist.org/taxa/1272127-Herpestes-ichneumon-widdringtonii
https://www.faunaiberica.org/meloncillo
https://www.fundacionaquae.org/wiki/meloncillo
https://es.wikipedia.org/wiki/Herpestes_ichneumon
https://www.arkive.org/egyptian-mongoose/herpestes-ichneumon/video-09a.html





























