Como todos sabemos los peces viven en el agua, pero este agua puede ser agua dulce o agua salada. Hay peces que viven siempre en agua dulce (potamódromos), otros que viven siempre en agua salada (oceanódromos), pero hay un tercer grupo de peces que viven en los dos tipos de aguas (diádromos).
Dentro de estos últimos tenemos al salmón keta (Oncorhynchus keta) que, tras pasar sus primeros años en el mar, remonta el río Yukón viajando hasta 3.200 km desde su estuario en Alaska y Canadá para desovar en el río en el que nacieron. A las especies que tienen este comportamiento se las conoce como anádromas. Esta migración anual tiene lugar en otoño, produciéndose la freza entre noviembre y enero, muriendo los individuos después. De los huevos fecundados, que se desarrollan en el lecho del río protegidos durante el invierno y que eclosionan en primavera, nacen los juveniles que viven en el río hasta el año siguiente, antes de viajar para vivir en el mar.

Al contrario que el salmón keta, la anguila europea (Anguilla anguilla) pasa gran parte de su vida en aguas dulces pero regresa al mar para reproducirse. A las especies que tienen este comportamiento se las conoce como catádromas. Este viaje lleva a la anguila europea a recorrer 8.000 km desde los ríos europeos donde vive, hasta el mar de los Sargazos (cerca de las islas Bahamas) donde se reproduce entre diciembre y febrero. Tras eclosionar los huevos, las larvas, las preciadas angulas, de 1 cm de tamaño, van creciendo mientras aprovechan las corrientes oceánicas para llegar a los ríos donde vivirán. Entre ida y vuelta hace un viaje de 16.000 km.

Y por último, entre las especies que viven entre agua dulce y salada, estaría la tilapia, cuya migración entre agua dulce a salada, o viceversa, se realiza sin ánimo de frezar sino por razones de alimentación o para hibernar. A las especies que tienen este comportamiento se las conoce como anfídromas.

En el fondo de los océanos existen grandes corrientes producidas por cambios de temperatura y salinidad que muchas especies de peces aprovechan en sus movimientos migratorios.
La tintorera o tiburón azul (Prionace glauca) es una de ellas y aprovecha varias de esas corrientes para realizar una migración en el sentido de las agujas del reloj en el Atlántico Norte. A través de la corriente denominada Giro del Atlántico Norte, asciende a las costas de Norteamérica y llega hasta las costas europeas de dicho océano. A continuación, la Corriente de las Canarias la transporta hasta aguas del norte de África y de ahí la Corriente Ecuatorial Norte las lleva de vuelta a la costa norte de Sudamérica y el Caribe. La mayor distancia recorrida registrada por un individuo de esta especie es de 6.840 km desde Irlanda hasta Venezuela. La mayoría de los individuos trasatlánticos son hembras que se aparean en el oeste del atlántico norte y paren en aguas atlánticas frente a la Península Ibérica e incluso en el Mediterráneo.

Estos son solo unos ejemplos de las grandes migraciones que existen en peces. Si quieres saber más, busca las migraciones que realizan especies como el tiburón toro (que migra de agua dulce a agua salada), el atún rojo (que cambia las aguas del Atlántico Norte por las del Mediterráneo atravesando el Estrecho de Gibraltar) o la lamprea (que al igual que el salmón, va a desovar a los ríos).
Fuentes:
Libro «Vida animal». Editorial Pearson Alhambra. 2009.





