Hoy hablamos de una de las rapaces nocturnas más frecuentes en Europa, el cárabo común (Strix aluco). Esta especie tiene una gran adaptabilidad para alimentarse y buscar refugio, y parece que no se ve afectado por los cambios en los ecosistemas donde habita, ya que desde hace años sus poblaciones se mantienen estables.
Cárabo saliendo del nido en un agujero de un plátano de sombra, en un parque de la ciudad de Madrid.
Las características para identificarle son su aspecto rechoncho si está posado, su cabeza grande con globosos ojos negros, y que no tiene penachos (“orejas”), lo que se diferencia por ejemplo de otros búhos, como el búho real o el autillo. El plumaje es muy variable en colores, ya que hay ejemplares que pueden ser mas grisáceos, marrones o rojizos, lo que le permite mimetizarse muy bien, ya que imita la corteza de los árboles. Sus alas son cortas y anchas y su vuelo es silencioso como el de todas las rapaces nocturnas.
Es una especie forestal que se encuentra distribuida por todo el territorio peninsular pero no se encuentra en Canarias y Baleares. Es común en regiones arboladas del norte, siendo más escasa su presencia en llanuras y ambientes más áridos. Aunque como hemos comentado, su gran capacidad de adaptación le permite vivir en bosques de ribera, dehesas y parques urbanos, donde busca árboles grandes y maduros, incluso puede anidar en taludes, cortados, en edificaciones o ruinas. Por lo que la podemos encontrar en el Parque Regional de Sureste.
¿Encuentras al cárabo en la foto?
Si hablamos de su alimentación, se trata de un depredador generalista y poco exigente. Caza las presas que están más accesibles según la zona y la época del año. Sin embargo, su alimentación de mayor preferencia son ratones, ratas, lirones, topillos aunque puede comer conejos, aves, anfibios, reptiles e invertebrados.
Cámara de una caja nido de cárabo común de SEO BirdLife.
Su celo comienza en diciembre o enero y las puestas de entre dos a cinco huevos, suelen realizarlas a partir de febrero. La hembra es la que elige el lugar y prepara el nido para después incubarlos. Los nidos suelen estar en algún agujero siendo los más habituales en árboles viejos. Después de unos 28-30 días, nacen los pollos, que tras unas semanas ya empiezan a moverse en el nido. Cuando tienen un poco más de un mes, empiezan a practicar sus primeros vuelos. La familia sigue conviviendo hasta que los jóvenes se dispersan normalmente al final de verano.
Y por último, una forma inconfundible de identificarlo es a través del canto que consiste en un ulular con sonidos largos y cortos alternados como lastimeros, siendo el típico sonido utilizado en películas de terror.
Cárabo ululando. Vídeo de Pepe Guisado.
Fuentes:
















