Paseo por los Cerros de Rivas

Muchas de vosotras ya conoceréis las innumerables posibilidades que ofrece el Parque Regional del Sureste Madrileño para disfrutar de un variado mosaico de paisajes. En el mismo se integran grandes infraestructuras con ecosistemas únicos cargados de especies, muchas de las cuales son características o incluso exclusivas de dichos parajes. En esta entrada lanzamos una nueva ruta que, en el CEA El Campillo, hemos diseñado para mostrarte estos contrastes que pueblan nuestro espacio natural y descubrirte un sin fin de valores que tantas veces habréis pasado de largo al recorrer la A-3: El Paseo por los Cerros de Rivas.

Esta ruta comienza en el aparcamiento del Polideportivo del Parque del Sureste y toma el camino de tierra que lleva hasta el Mirador de la laguna del Campillo, dejando a la izquierda una plantación de especies autóctonas dedicada al aniversario de dos revistas de divulgación medioambiental y científica: Quercus y El Cárabo. En esta parcela encontraremos especies autóctonas tanto de bosque como de sotobosque de los cinco ecosistemas principales que conforman el PRS tales como encina carrasca, coscoja, espantalobos, cornicabra , enebros, sabinas, espino negro y blanco, aladierno, labiérnago, escoba, etc.

Al asomarnos al cortado, en días claros, obtenemos una amplia panorámica de la mitad sur del espacio natural donde nos encontramos, pudiendo contemplar tres de los principales ecosistemas que conforman el Parque Regional en torno a los Ejes de los Cursos Bajos del Manzanares y el Jarama: el bosque de ribera del Jarama y el Manzanares, los cortados de Casa Eulogio y Soto de las Juntas, y los humedales de las lagunas del Campillo, el Porcal, los Venero y las Madres. Todo ello contrasta con elementos antrópicos tales como el Puente de Arganda, las antiguas instalaciones de RTVE, la cementera de Morata, las vías del metro ligero de la línea 9 de metro, la población de Arganda del Rey o la mismísima autovía que lleva a Valencia.

Vistas desde la tarta.

Desde este punto nos dirigiremos hacia la tarta. Durante este camino podremos observar el cambio progresivo de suelo de una roca de yeso a otra caliza, ambas sedimentarias evaporíticas y con un curioso origen. También podremos observar, algunas de las especies propias de este tipo de suelos, e incluso algunas endémicas de estos ecosistemas y estas latitudes, como es el caso del Limonium dichotomum, única nutricia de la larva de un escarabajo conocido como el criptocéfalo manchego y descubierto en el mismo Parque Regional del Sureste en los años 90. Y al llegar a la parte alta de la tarta descubriremos otra bella panorámica, esta vez con orientación oeste desde la que se ven la población de Rivas Vaciamadrid, Madrid y (si es un día despejado y sin mucha contaminación) hasta la Sierra de Guadarrama.

Limonium dichotomum en el camino hacia la tarta.

Tras esta parada bajaremos hasta acercarnos a los edificios de Rivas y luego caminaremos a lo largo del barranco de los cazadores en el que podremos ver el cambio de vegetación entre solana y umbría (las laderas que, por su orientación reciben más sol a lo largo del día frente a las que gozan de más sombra), más ejemplos de la vegetación y fauna local como el hinojo, el milano real o negro y/o el busardo ratonero.

Entrada al barranco de los cazadores.

Al finalizar este camino se nos abre una nueva vista hacia Velilla desde donde divisaremos otros humedales parte del parque: las lagunas de Velilla y el humedal de Miralrío. También se pueden ver, con buena visibilidad, la Iglesia Parroquial de Santa María del Castillo de Campo Real, la Catedral de Justo en Mejorada, la Ermita del Cristo de Rivas, un tramo anterior del Jarama así como la R-3 y las poblaciones de Velilla de San Antonio, Mejorada del Campo, San Fernando de Henares y Torrejón de Ardoz. Tras disfrutar de tan completas vistas, avanzaremos apróximadamente 200 metros, dejando el barranco a nuestra izquierda hasta llegar al vértice geodésico y desde allí volveremos hacia la tarta, desandando el camino hasta un cruce en el que tomaremos el camino de la derecha volviendo así a nuestro punto de partida.

Vistas desde el mirador de Velilla.

Senda «Soto de Bayona»

Al sureste de la Comunidad de Madrid, en el municipio de Titulcia se encuentra una senda que discurre a lo largo de la ribera del Jarama conocida como la Senda del Soto de Bayona. Se trata de una ruta circular de unos 4 km con 21 metros de desnivel y de dificultad entre fácil y moderada.

Los carteles interpretativos del inicio de la senda marcan dos recorridos ligeramente diferentes al  que propondremos desde el CEA El Campillo. Si te interesa conocer nuestra versión del recorrido, te lo contamos en esta entrada.

A lo largo de esta senda, recorreremos dos de los cinco ecosistemas principales del Parque Regional del Sureste: el ecosistema de ribera y los cortados yesíferos.

Al comenzar a caminar, encontraremos un área recreativa así como una repoblación forestal mixta, de pino, taray y otras frondosas, cuyo objetivo es la regeneración ecológica del ecosistema así como su disfrute recreativo.

Si seguimos por el camino, nos encontraremos un observatorio de fauna orientado a un meandro del río Jarama donde se encuentran dos paneles informativos (uno exterior y otro interior al observatorio) que nos informaran de algunas de las especies animales que forman parte del ecosistema de ribera .

Cartel exterior del obsevatorio.

Un poco más adelante, en el camino, podremos consultar un panel explicativo del bosque de ribera que nos explicara las principales especies vegetales que nos podemos encontrar a lo largo del bosque de galería así como las bandas de vegetación en función de su proximidad a la orilla del río. Descubriremos así que el bosque de ribera del Soto de Bayona lo componen, principalmente y por orden de cercanía a la orilla: espadañal, carrizal, saucedal, chopera, taraje, fresnedal y olmedal.

Seguimos caminando por la senda y nos encontraremos con una bifurcación, marcada por un hito explicativo, que si se toma por la derecha, se sube por los cortados hasta llegar al antiguo Oppidum (este sería el camino indicado en la cartelería del comienzo del camino). En nuestro caso tomaremos el camino de la izquierda.

Hito informativo.

Por el camino elegido, el de la izquierda, llegaremos a un Tarayal, es decir, un bosque  de tarays , arbusto que puede llegar a tener porte arbóreo, que prefiere suelos húmedos y salinos. Es un arbustivo astringente, con ramas de aspecto retorcido y hojas caducas simples y escuamiformes. Tiene una flor blanca o rosa, dispuesta en espigas, que destaca mucho en primavera.  La nueza o Bryonia dioica, es una planta trepadora que solemos encontrar junto a este tarayal.

Tarayal.
Bryona dioica.

Unos metros más adelante, tendremos la oportunidad de conocer muchas de las especies de plantas gipsófilas que pueblan todo el Parque Regional del Sureste como son el sisallo, la barrilla, el falso tomillo, la jabuna y/o la ontina. Además podremos apreciar con claridad los distintos materiales de que están compuestos los cortados: yeso, caliza y margas. Son rocas detríticas evaporíticas formadas en el mioceno por precipitación de los solutos presentes en un gran lago endorreico que ocupaba el centro peninsular. La morfología tan abrupta de dichos cortados, en forma de cantil se deben a su posterior erosión, durante el cuaternario, por el paso del río Jarama.

Cortados o cantiles yesíferos.

Asociada a los suelos yesíferos que conforman los cantiles, es habitual ver una especie vegetal bien adaptada a estos suelos salinos y con muy baja retención de agua: el esparto o Macrochloa tenacissima. Esta planta es usada tradicionalmente para la fabricación de cinchos, suelas de alpargatas o asientos de sillas, pero también posee importantes funciones ecosistémicas como la de primera colonizadora y amortiguadora de la erosión de los cortados.

Según avanzamos por el camino (una vez pasado un desvío a la derecha que nos llevaría al barranco de Picote (al que no vamos a entrar hasta más adelante), podremos divisar una amplia panorámica del valle donde podremos apreciar distintos elementos del paisaje del Parque Regional del Sureste, como las poblaciones de Ciempozuelos y San Martín de la Vega, un colmenar al otro lado del río, el bosque de ribera, la estepa cerealista y un ejemplo de explotación de gravera que con el tiempo y las actuaciones de restauración del Parque podrán convertirse en otra de nuestras lagunas parte del ecosistema de humedal.

Subida hacia la Panorámica.

Este camino tiene una bifurcación, y al coger el camino de la derecha nos encontraremos con las 7 cuevas. En la zona del Valle del Jarama, las cuevas pueden haber sido usadas en distintas épocas y, en ocasiones, con diferentes objetivos: bélico en la Batalla del Jarama, bodegas en distintos momentos de la historia e incluso refugio en la  prehistoria.

Primera de las siete cuevas.

Pasadas estas cuevas atravesamos una tierra de arado y llegamos a una valla cinegética desde la que vemos el Cordel de la Cañada Real Galiana. Después giraremos a la derecha y entraremos en el llamado Barranco de Picote. Existe un dicho popular acerca del mismo que dice «barranco de Picote, agua salobre» debido a la mezcla de aguas de escorrentía y el riachuelo dulce eventual. Al ser un refugio del viento y la lluvia en algunos puntos, a veces la fauna descansa en este lugar y en ciertas ocasiones hemos podido observar excrementos de algunos depredadores del parque como la gineta o el zorro, o incluso algún animal a medio depredar.

Barranco de Picote

Una vez que salimos del barranco, retomaremos el camino hacia la izquierda, dejando el Jarama a nuestra derecha y deshaciendo el camino que ya habíamos andado, hasta llegar a una bifurcación donde tomaremos el camino mas próximo a los cortados (a la altura de la señal de fin de tramo de camino de movilidad reducida) para volver hasta el aparcamiento donde se encuentra el punto inicial de la senda.